50 Años - Historia de un éxito

Memorias de Frieder Steigler, partner y consejero de marketing de rheavendors
Intus haec ago in aula ingenti memoriae meae.
Confesiones de San Agustín, lib. X, cap. VIII
"Todo esto lo revivo y elaboro en el palacio inmenso de mi memoria"
Protagonista indiscutible en la historia de la distribución automática, rheavendors hoy como ayer es una empresa de referencia en el sector. Su firma es sinónimo de fiabilidad, diseño exclusivo y tecnología avanzada. Con clientes en más de 90 países, es embajadora de la cultura italiana del café. Ha vendido más de 500.000 unidades de su modelo xs en todo el mundo, estableciendo nuevos paradigmas en las expendedoras de sobremesa y reformulando de manera radical y prolífica varios segmentos del mercado.
rheavendors fue el primero en concebir expendedoras con personalidad y llenas de vida; para rheavendors, el diseño, la tecnología y el gusto por el detalle deben coexistir en perfecta sintonía.Todas las expendedoras de rheavendors, sean de tipo sobremesa o de pie, representan el Italian Style en sus valores más vivos y autenticos. Su diseño y facilidad de uso fascinan a un público que se extiende de Buenos Aires a Moscú, de Manila a Johannesburgo. No son meras expendedoras, sino auténticas coffee shops.
¿Quién es el artífice de esta popular marca? ¿Cómo y cuándo empezó todo y cuál ha sido la evolución de la empresa durante los últimos 50 años?
Aldo Majer fundó rheavendors en febrero de 1960. Eligió un nombre no muy común, el nombre científico (Rhea americana) de un pequeño avestruz sudamericano, el ñandú: “Porque no vuela…¡pero no te imaginas lo que corre!”.
Fue la decisión correcta en el momento adecuado. Este pequeño primer paso para Aldo Majer fue un gran paso para la industria del vending, que alteraría el mismo corazón y el enfoque de este negocio. Como gran amante de la naturaleza, Aldo Majer comprendió que la mecánica de los negocios es parecida a la observación de las aves: hay que dedicar su tiempo a observar, analizar la situación y actuar en el momento oportuno. Ambas actividades requieren habilidad, empeño e ingenio.
Gracias a sus dotes, su irrefrenable pasión y a su espíritu de superación, Aldo Majer es hoy una de las figuras más respetadas y admiradas del vending, incluso por la competencia. Hoy, con casi 90 años, sigue estando al mando de rheavendors. Él es el motor de una empresa que desde hace 50 años sigue siendo sinónimo de calidad, diseño y fiabilidad.
El diseño italiano, por su pragmatismo y plasticidad ha dejado una huella en muchísimos sectores, desde la moda a la decoración de interiores, del sector del automóvil a los yates. Si también en el vending es ya imprescindible, esto se debe al “dottor Majer”, siempre fiel a su idea de fundir diseño y tecnología. Bajo su impulso, los diversos diseñadores que han trabajado para rheavendors todos estos años han conseguido siempre capturar la esencia de cada época y transformarla en tendencia.
Éstos son los factores clave que explican el liderazgo de rheavendors a nivel internacional, especialmente en su gama de sobremesa. Además, las importantísimas relaciones establecidas con productores y proveedores internacionales y regionales han consolidado el estatus de rheavendors en el sector.
Al principio rheavendors creó la máquina de chicles…
No es casualidad que en casi todas las peliculas de Stanley Kubrick (el director de “2001: Una odisea en el espacio”) aparezcan máquinas expendedoras. Kubrick sentía una profunda fascinación por la automatización en general y la interacción hombre-maquina; ha sido el primero en analizar simples gestos como introducir una moneda, bajar una palanca o pulsar unos botones, y recoger el producto.En la Italia y Europa de la posguerra, la venta al gran público a través de expendedoras era una idea futurista, casi de ciencia-ficción. Aquellos que anticiparon la expansión de las máquinas que vivimos actualmente parecían a la mayoría como buscadores de quimeras. Sin embargo, Aldo Majer, en un viaje a lo largo y ancho de los Estados Unidos en 1955, vio de inmediato el potencial que escondían las máquinas expendedoras. Anticipándose, apostó fuerte por el crecimiento del vending e inventó la primera maquina expendedora de bolitas de chicle; en un primer momento bajo la firma DAG, después con rheavendors: había nacido el primer éxito de ventas del vending italiano.
Su valores humanos y su perseverancia forjaron, paso a paso, 50 años de evolución. Hoy en día, las máquinas expendedoras son parte de nuestra vida cotidiana. La interacción hombre-máquina es hoy algo común, casi un acto reflejo: permite ahorrar tiempo y dinero, mejora la calidad de vida y hace que las actividades diarias sean más sencillas. Si todo esto es común hoy, es gracias en parte a rheavendors.
Porque esa es una de las virtudes de rheavendors: desarrollar ideas, modelos de negocio y proyectos que no se basan sólo en las expectativas de la gente, sino que se anticipan a ello.
A Aldo Majer le encanta pensar que sus productos ayudan a que la gente se comunique entre sí, por extraño que parezca. ¿Cómo es posible que una máquina acerque a las personas?
El entorno de las maquinas expendedoras en una empresa es un lugar perfecto para conversar sobre la vida privada, el trabajo o cualquier otro tema. No sólo la experiencia del día a día demuestra que esto es así, sino también hay estudios académicos que analizan estos comportamientos sociales en profundidad.Rheavendors ve en su capacidad como medio de comunicación uno de los mayores valores del vending; porque las expendedoras no deben limitarse a ser atractivas y funcionales, tienen que modificar su entorno para transmitir una sensación de bienestar, dando la idea (hoy más que nunca) de que se están ahí para que nuestro futuro, aunque sólo sea por una simple taza de café o un chocolate caliente, sea más intenso y agradable que el presente.
“Porque, ¿quién es capaz de trabajar las 24 horas del día, los 365 días del año, sin tomarse un descanso y sin un solo reproche?”, se pregunta Aldo Majer. La respuesta es obvia: “Solo una máquina expendedora”. Es importante que las expendedoras sepan interpretar no solamente las necesidades del público, sino también su ganas de vivir y soñar.
Todavía hoy los amigos, compañeros de trabajo y hasta la competencia de Aldo Majer reconocen su habilidad para dar el paso adecuado en el momento oportuno, para arriesgar, divertirse y soñar. Todavía se aprecia en sus ojos toda la curiosidad y la pasión de siempre, la misma mirada que tiene cuando pasea por el campo para disfrutar de la naturaleza.
Como todo negocio familiar que se precie, los hijos de Aldo siguen aprendiendo de su padre y son la clave del futuro de rheavendors. Con unas bases tan sólidas en su fundación, todo apunta a que el éxito se perpetrará para rheavendors; pero Aldo Majer también es consciente de que no hay que relajarse y que siempre hay que apuntar a nuevas metas. Él seguirá observando con paciencia, para actuar con habilidad y tomar las decisiones correctas en el momento adecuado. Como ha hecho toda su vida.
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