Sube el precio del cappuccino en Europa, pero el valor está en la experiencia

HOSTELVENDING.COM 07/07/2025.- El caso más llamativo es el de Turquía, donde el coste del café ha aumentado más de un 53% hasta llegar a los 3,51 euros. En Nueva York, el precio medio oscila entre los 5,20 dólares, y en Tokio, los 3,20 euros.
Parece que el precio del café no sea una cifra universal, variando su precio dependiendo del lugar en el que nos hallemos. Ahora bien, más allá del precio, lo que marca el punto de inflexión es cómo se sirve, se percibe y, sobre todo, se disfruta.
No hablamos de una cuestión baladí: según el informe de Projetct Café Europe 2025 (Allegra), el precio medio de un cappuccino (3,5 dl) habría subido vertiginosamente en la mayoría de países a nivel mundial. El caso más significativo lo encontramos en el puente que comunica Europa con Asia: Turquía, donde el coste ha crecido más de un 53%; o lo que es lo mismo, unos 3,51 euros. Por detrás estarían países como Portugal, República Checa y Bélgica (con un +19,8%, +13,5% y un +13,1% respectivamente).
Al otro lado del charco, en la Gran Manzana, el precio medio se ubica en los 5,20 dólares (4,42 euros); y en Tokio, los 3,20 euros.
Ahora bien, el verdadero debate no está en esa subida, sino qué aspectos hacen que valga la pena pagar por esa bebida. Porque, la realidad es que, a pesar de su aumento económico, el café sigue siendo la bebida por excelencia, y en parte es porque, más que como una bebida, se entiende como un ritual diario; el momento de cada usuario en torno a su taza/ vaso de café.
Por eso, la calidad del café, si su agua está certificada, el servicio, la innovación en la máquina y, en esencia, la experiencia de valor que se le aporta al usuario final. Debemos ofrecer algo memorable; un momento íntimo -o colectivo- que justifique su precio.
Aquí es donde entrará en juego la tecnología y la profesionalización del canal. Soluciones como las desarrolladas por fabricantes como Franke Coffee Systems, por ejemplo, permiten garantizar la consistencia, precisión y personalización en cada taza; ingredientes esenciales para que el margen de error sea mínimo y, por ende, lo que se lea sea un servicio premium y no el precio del café.
Porque, ya que el cliente va a pagar más de 4 euros por un cappuccino en Ámsterdam, o 3,80 euros en Praga, lo hará con gusto… entendiendo el café como una receta, una experiencia.
Trasladado al unattended, donde esa taza compite con opciones más tradicionales, la capacidad de reproducir esa experiencia de calidad es aún más valiosa: No automatizamos por automatizar, transmitimos bienestar, autenticidad, calidad barista. Elevemos la experiencia, el diseño y el servicio. Porque al final, como dicen desde la compañía fabricante suiza: Todo es es sobre el momento.